
martes, 24 de junio de 2008
domingo, 22 de junio de 2008
Un partido de fútbol llamado Yo soy Bea
Señores y responsables de YSB:
A ustedes me dirijo con toda la desilusión y el enfado que mi cuerpo es capaz de asimilar. LLevo dos años esperando este momento, dos largos años en los que he tenido que hacer un ejercicio de autoconvencimiento para no dar por perdida la serie que me encandiló durante 190 capítulo. Desde entonces todo ha ido de mal en peor. En ningún momento voy hablar de los actores porque al final son el último escalafón de esta serie de despropósitos y poco pueden hacer ellos más que intentar darle sentido a las palabras escritas en los guiones, ese desatino de guiones que nos hemos tragado con la esperanza de que fuera solo algo pasajero. Para ellos , solo ínterpretes que hacen lo que pueden, todos mis respetos. Para el resto va dirigida esta carta.
Es una lástima que, a así como los guionistas hacen huelga, sea díficil coordinar una huelga de espectadores para defender nuestros derechos, porque créeanme cuando les digo que lo de hoy con ese final, ha sido para salir a la calle a manifestarse, contra ustedes , por supuesto.
Ya ni hablaré de la hora entera de retraso, que es perfectamente denunciable ante la ley, por un partido de fútbol tan interesante como Turquía-Croacia, ¡¡uff menudo partidazo !!, menos mal que lo hemos podido ver, porque siendo sinceros, ha estado hasta mas interesante que la serie; estos futbolistas si saben mantener la tensión hasta el final, es lo que tiene la tanda de penaltis. Y hablando de penaltis…Esta boda ha sido eso, una boda de penalti.
Yo pensaba que veía una serie, pero hoy me he dado cuenta de que no, que lo que hacía era participar en el partido de fútbol mal largo de la historia. Nosotras, fieles espectadoras de esta novela, incondicionales capaces de aguantar contra viento y marea, contra absurdos y rollazos, erámos el equipo visitante. Al otro lado del césped ustedes, responsables, guionistas , directores ¿creativos? y demás chupasangres televisivos. Como árbitro un señor llamado share. Como espectadores con el alma dividida teniendo que defender a la fuerza uno de los dos equipos todo un elenco de actores obligados a corear el mismo imno y defender unos colores que a lo mejor no les favorecian.
El partido empezó bien para el equipo local, durante los primeros 190 minitos, hasta me atrevería a decir que nos goleron varias veces, pero nosotros no eramos unos contrincante típicos, éramos un equipo enajenao que no le importaba encajar goles, es más estábamos felices por ello cada vez que nos hacían una filigrana, nos regateaban en un uno contra uno y nos metian el golazo por toda la escuadra. A partir de allí , ustedes como locales se fueron desinflando, impartiendo un ritmo de juego, lento, mucho toque de balón que no llegaban al área, se limitarón al pelotazo largo y a tirar balones fuera. Nosotras, los visitantes, aguantamos ese ritmo sin saber muy bien a que jugaban, a veces nos dio por pensar que en vez de fútbol participabamos en un torneo de balón bolea ¿o quizás era pingpong?.
Fuese lo que fuese, nos manteníamos dentro del terreno de juego esperando que la cosa remosntase y se viera un buen partido, pero lejos de mejorar todo empeoró. Constantemente nos quedámos en fuera de juego, aunque los espectadores que estaban en las gradas, esos magnificos actores, nos gustaban tanto que se lo pasábamos por altos sin replicar.
Y así nos fuimos al descanso, aunque no supimos muy bien quien descansó realmente, si ustedes o nostros, porque vamos, el tiempo de descanso es para refrescarse y volver a cargar las pilas, pero creo que ustedes se tirarón a la bartola y así han seguido jugando el partido.
La segunda parte aburrida, sin ritmo ni pes ni cabeza, sin pies no lo se seguro, pero sin cabeza fijo, no la han utilizado ni para rematar a puerta ni lo que es peor, para pensar las jugadas. Y claro nosotras llegamos a empatar el partido. Nos divertiamos mas entre el equipo que jugando contra ustedes y eso si son goles.
Y así hemos llegado al final, empatados después de una pórroga interminable que ha acabado como el Turquía - Croacia , a penaltis. Últimos minutos finales en los que se decide todo, en que uno se juega el todo por el todo, un xut directo a porteria y todo se acaba, si meten gol ganan, si fallan el penalti pierden. Y ustedes han perdido, y han perdido porque no han querido lanzar la pena máxima como dios manda, porque querian terminar el partido a la carrera, fuese como fuese, porque no han querido hacer las cosas bien, han ignorado los árbritos y han subestimado al equipo contrario. Pero nosotros somos fuertes, inteligentes, somos jugadores preparados , simplemente personas del siglo XXI. Pero que le vamos ha hacer, el futbol es así, pero la televisón ¿Ha de ser así?
A ustedes me dirijo con toda la desilusión y el enfado que mi cuerpo es capaz de asimilar. LLevo dos años esperando este momento, dos largos años en los que he tenido que hacer un ejercicio de autoconvencimiento para no dar por perdida la serie que me encandiló durante 190 capítulo. Desde entonces todo ha ido de mal en peor. En ningún momento voy hablar de los actores porque al final son el último escalafón de esta serie de despropósitos y poco pueden hacer ellos más que intentar darle sentido a las palabras escritas en los guiones, ese desatino de guiones que nos hemos tragado con la esperanza de que fuera solo algo pasajero. Para ellos , solo ínterpretes que hacen lo que pueden, todos mis respetos. Para el resto va dirigida esta carta.
Es una lástima que, a así como los guionistas hacen huelga, sea díficil coordinar una huelga de espectadores para defender nuestros derechos, porque créeanme cuando les digo que lo de hoy con ese final, ha sido para salir a la calle a manifestarse, contra ustedes , por supuesto.
Ya ni hablaré de la hora entera de retraso, que es perfectamente denunciable ante la ley, por un partido de fútbol tan interesante como Turquía-Croacia, ¡¡uff menudo partidazo !!, menos mal que lo hemos podido ver, porque siendo sinceros, ha estado hasta mas interesante que la serie; estos futbolistas si saben mantener la tensión hasta el final, es lo que tiene la tanda de penaltis. Y hablando de penaltis…Esta boda ha sido eso, una boda de penalti.
Yo pensaba que veía una serie, pero hoy me he dado cuenta de que no, que lo que hacía era participar en el partido de fútbol mal largo de la historia. Nosotras, fieles espectadoras de esta novela, incondicionales capaces de aguantar contra viento y marea, contra absurdos y rollazos, erámos el equipo visitante. Al otro lado del césped ustedes, responsables, guionistas , directores ¿creativos? y demás chupasangres televisivos. Como árbitro un señor llamado share. Como espectadores con el alma dividida teniendo que defender a la fuerza uno de los dos equipos todo un elenco de actores obligados a corear el mismo imno y defender unos colores que a lo mejor no les favorecian.
El partido empezó bien para el equipo local, durante los primeros 190 minitos, hasta me atrevería a decir que nos goleron varias veces, pero nosotros no eramos unos contrincante típicos, éramos un equipo enajenao que no le importaba encajar goles, es más estábamos felices por ello cada vez que nos hacían una filigrana, nos regateaban en un uno contra uno y nos metian el golazo por toda la escuadra. A partir de allí , ustedes como locales se fueron desinflando, impartiendo un ritmo de juego, lento, mucho toque de balón que no llegaban al área, se limitarón al pelotazo largo y a tirar balones fuera. Nosotras, los visitantes, aguantamos ese ritmo sin saber muy bien a que jugaban, a veces nos dio por pensar que en vez de fútbol participabamos en un torneo de balón bolea ¿o quizás era pingpong?.
Fuese lo que fuese, nos manteníamos dentro del terreno de juego esperando que la cosa remosntase y se viera un buen partido, pero lejos de mejorar todo empeoró. Constantemente nos quedámos en fuera de juego, aunque los espectadores que estaban en las gradas, esos magnificos actores, nos gustaban tanto que se lo pasábamos por altos sin replicar.
Y así nos fuimos al descanso, aunque no supimos muy bien quien descansó realmente, si ustedes o nostros, porque vamos, el tiempo de descanso es para refrescarse y volver a cargar las pilas, pero creo que ustedes se tirarón a la bartola y así han seguido jugando el partido.
La segunda parte aburrida, sin ritmo ni pes ni cabeza, sin pies no lo se seguro, pero sin cabeza fijo, no la han utilizado ni para rematar a puerta ni lo que es peor, para pensar las jugadas. Y claro nosotras llegamos a empatar el partido. Nos divertiamos mas entre el equipo que jugando contra ustedes y eso si son goles.
Y así hemos llegado al final, empatados después de una pórroga interminable que ha acabado como el Turquía - Croacia , a penaltis. Últimos minutos finales en los que se decide todo, en que uno se juega el todo por el todo, un xut directo a porteria y todo se acaba, si meten gol ganan, si fallan el penalti pierden. Y ustedes han perdido, y han perdido porque no han querido lanzar la pena máxima como dios manda, porque querian terminar el partido a la carrera, fuese como fuese, porque no han querido hacer las cosas bien, han ignorado los árbritos y han subestimado al equipo contrario. Pero nosotros somos fuertes, inteligentes, somos jugadores preparados , simplemente personas del siglo XXI. Pero que le vamos ha hacer, el futbol es así, pero la televisón ¿Ha de ser así?
Hoy yo ya no soy Bea
Yo ya no soy Bea.
Antes si lo era. Si, antes era Bea, y un poquito Álvaro, un poquito Gonzalo, y un poco Sandra, también Jimena y Chusa, y Paula... No era nadie, pero era un poquito todos. ¿Porque? Seguramente porque soy una soñadora y una romántica. Era un poco cada personaje, era yo, pero resulta que al final no soy nadie. Y justamente ese es el sentimiento que me ha quedado con el final de mi serie.
Después de dos años siendo una fiel espectadora no importa las horas que he pasado delante del televisor, no importa nada haber aguantado 300 capítulos sin sustancia ni sentimientos, haciendo un esfuerzo por encontrarle el lado positivo a unos tramas absurdas y soporíferas, no importa haber confiado en el buen hacer de los guionistas, ni en que remontarían esa mala racha de bloqueo creativo, no importa nada si he contribuido a darles buenas audiencias... Al final solo soy un número en el informe de share, un número inerte, sin vida ni sentimientos que no hay porque tener en consideración. Esa es mi sensación.
Lo más seguro es que se rían de todo esto, lo más seguro es que no les importe lo más mínimo lo que yo, una humilde espectadora, pueda decirles, y lo más triste de todo es que lo sé, se que no van ha hacer caso de nada que les pueda decir, quizás ni tan siquiera lleguen a leer hasta aquí, seguramente se habrán parado en el primer párrafo. Si no es así, les ruego que lean esto en un tono pausado, susurrado, imagínense que se los recita una voz dulce, imagínense un corazón triste y abatido, unos ojos llorosos, una lágrima rodando despacio por una mejilla arrastrando una pena líquida, porque es así como estoy, triste y abatida.
Yo soy una persona normal, una persona tan válida como ustedes, como Alejandro, como Ruth, como Roberto, como José Manuel, como Miguel, como Aure, com los guionistas, como los directivos... como cualquier otro, simplemente una persona con una vida, con un trabajo, con sus defectos y sus virtudes, con sus sentimientos, con alegrías, con penas también. Una persona normal y corriente. Pero a mi modo de ver, que sea una persona normal y corriente no implica que sea una persona a la que puedan engañar, manipular o jugar con ella sin motivo aparente.
Realmente es mi sentimiento, casi el mismo que el de Bea cuando descubrió el engaño. Yo no estaba en una cabina de los baños de Bulevar, estaba en mi salón, no estaba sentada sobre la taza del water, estaba sentada en mi sofá, tampoco me estaba curando las heridas de la rodilla, las heridas las tengo en el corazón y me las estoy curando en estos momentos, al otro lado de la puerta del baño no estaban ni Álvaro ni Gonzalo hablando, al otro lado del televisor estaba una historia que en un principio me encandilo, pero el sentimiento final, lo que sintió Bea en ese momento, si ha sido lo mismo que he sentido yo.
Hoy 20 de Junio de 2008, yo soy Bea más que nunca, jamás pensé que el título de la serie cobraría tanto sentido en mí justamente en su último capítulo. Yo soy Bea, esa Bea engañada, manipulada, esa Bea que sintió como habían jugado con sus sentimientos, esa Bea que se entregó con fuerza y devoción a Álvaro, en mi caso a la serie; yo soy esa Bea que llora frente al teclado mientras volca sus sentimientos en un blog, en palabras, y como Bea, yo también estoy resentida con el causante de mi decepción.
Es mucho el tiempo que he dedicado a seguir incondicionalmente su historia, es mucho el tiempo que he dedicado a emocionarme con ustedes, a soñar a través de su trabajo, a implicarme, a ser esa parte de la historia que latía al otro lado de la pantalla, porque sí, porque su trabajo fue muy bueno durante 190 capítulos aproximadamente, y eso no se lo va a quitar nadie.
Pero algo pasó que fue destruyendo la magia, el interés, las emociones y los sentimientos. Algo que ni tan siquiera sé a ciencia cierta, quizás fuera el hecho de tener que alargar una historia más de lo recomendable por orden de algún mandamás ávido de dividendos y carente de sentido y sensibilidad, tal vez fuese el cansancio de un trabajo a contrarreloj difícil de conciliar con la calidad, o pudiera ser desmotivación, incluso el hecho de contar con un final preestablecido que todos sabíamos de antemano, quizás fuese un poco de todo y algo más que desconozco...Quizá no fuese nada de eso y me este equivocando.
Fuera como fuera, el hecho es evidente, se perdió toda magia, todo sentimiento, toda emoción, toda intriga y toda coherencia. Pero seguimos apreciando su trabajo al otro lado del televisor, intentamos ver el lado positivo y excusarles a ustedes, porque nos demostraron,antes, que sabían hacer las cosas bien, seguimos creyendo que eran capaces de lo mejor, no les abandonamos a su suerte, seguimos acompañándoles durante muchísimos capítulos, casi 300, porque sabíamos que podían hacerlo, a pesar de que la serie había perdido toda su esencia, todo interés. Les dimos el beneficio de la duda, les regalamos nuestra confianza, una confianza que han acabado por despreciar.
Todos creímos que el obligado alargamiento, había echo tanta mella en ustedes, trabajadores comprometidos y profesionales, como en nosotros, humildes espectadores, y que ustedes no tenían la culpa de las decisiones de los de "arriba", los que deciden, porque eran simples mandados que hacían lo que podían de la mejor manera que sabían. Nosotros fuimos capaces de entender eso.
Una vez asimilado y asumido, aunque no nos gustara el rumbo de los acontecimientos, seguimos al otro lado, fieles, esperando que al menos, después de padecer, tanto ustedes como nosotros, una historia dilatada en el tiempo que no daba para más, el final, ese final que todos sabíamos, fuera una regalo para los incondicionales seguidores que estuvieron de y a su lado, y con el que ustedes podrían demostrar su verdadero talento.
Esperábamos ver lo que no vimos durante más de un año. Sentimientos, amor en altas dosis, emoción...Tristemente no ha sido así. El final ha sido desalentador. Ninguna escena que pudiera transmitir sentimientos que nos hicieran volar y olvidar un año de penas, de distanciamientos, de enfados..., básicamente porque dichas escenas estaban cortadas justo en el momento que empezaban a traspasar la pantalla para invadir nuestros almas románticas; tramas con saltos argumentales tan grandes, que te dejaban descolocada; por la poca aparición de los protagonistas; una sensación de quererse quitar de encima deprisa y corriendo la historia de Bea y Álvaro; la sensación de que se habían olvidado de que ellos eran los protagonistas, los que nos engancharon a la serie; con el sentimiento de querernos vender a toda costa una nueva historia de amor con Be y Roberto que para nada a conectado con nosotros.
En fin, con la sensación de haber estado dos años esperando algo que al final no ha sucedido. No pedíamos nada imposible, nos conformábamos con que hubieran acortado, o al menos acelerado, todas las tramas legales sobre el futuro de la empresa, que dicho sea de paso, nos ha parecido interminable, y que nos dieran más escenas románticas donde se viera una bonita historia de amor que supera cualquier barrera. No hacia falta cambiar nada, simplemente que hubieran recreado con más sensibilidad y más dilación lo que todos ansiábamos, una reconciliación romántica y emocionante, y una boda contada sin premura. Nunca entenderé como han podido pasar de la fuga de Be por la alfombra roja que conducía al altar y acto seguido aparecer Bea del brazo de Carmelo directa a él, supongo que tendré que intuir esas horas entre medias que no nos han querido contar, menos mal que soy una soñadora y soy capaz de imaginarme mil escenas sencillas y fáciles de plasmar que no costaba tanto intercalar entre trama y trama. Tal vez nos hubiera gustado ver un par de capítulos donde nuestros protagonistas compartieran por fin su amor y su vida, creo que dos o tres capítulos nos hubieran bastado para saciar nuestro descontento por tantísimo tiempo de distanciamiento entre ellos. Creo que no era tan difícil premiar de alguna manera nuestra fidelidad con eso, sabíamos que podían hacerlo, que eran capaces y que les sobraba talento, pero no han querido, y es una pena, porque ahora en vez de alabarlos no podemos más que reprocharles su falta de interés, profesionalidad, proceder...su poca sensibilidad hacia sus seguidores.
Y antes de acabar me gustaría dejar claro que sí valoro y alabo el trabajo de los actores, porque en definitiva son el último escalafón de una cadena que en un momento de la historia se rompió. Ellos han sido la cara visible de un despropósito, ellos han sido, en última instancia, los que han tenido que sufrir esa rotura, esa fisura entre seguir generando beneficios y seguir ofreciendo ese producto de calidad, que en sus inicios si era esta telenovela. Para todos ellos, los que han intentado con todos su esfuerzo, dedicación y profesionalidad, dotar de sentimientos y coherencia, unos guiones que no daban para más, mis mas sinceros respetos y mi enhorabuena.
A los responsables, sean quienes sean , un ruego; que reflexionen sobre lo sucedido, con un espíritu de autocrítica, con voluntad de superación, siendo conscientes de sus fallos así como son conscientes de sus aciertos, que también los han tenido, para que en un futuro no vuelvan a romper en mil pedazos las almas de muchos soñadores que se entretienen a través de este tipo de series y olvidan, por un momento, sus vidas para jugar a ser princesas de un cuento, príncipes valientes o sencillamente ranitas verdes, para no contribuir a que la imaginación sea solo un juego de antaño al que nadie sabe jugar. Por favor, no ayuden a matar a Piter Pan.
Para acabar solo decir que Álvaro y Bea nos engancharon a la serie y que Álvaro y Bea nos desenganchan.
Hoy yo he sido Bea y por eso, hoy yo ya no lo soy.
Atentamente: Dunai, Du para mis enajenás.
Antes si lo era. Si, antes era Bea, y un poquito Álvaro, un poquito Gonzalo, y un poco Sandra, también Jimena y Chusa, y Paula... No era nadie, pero era un poquito todos. ¿Porque? Seguramente porque soy una soñadora y una romántica. Era un poco cada personaje, era yo, pero resulta que al final no soy nadie. Y justamente ese es el sentimiento que me ha quedado con el final de mi serie.
Después de dos años siendo una fiel espectadora no importa las horas que he pasado delante del televisor, no importa nada haber aguantado 300 capítulos sin sustancia ni sentimientos, haciendo un esfuerzo por encontrarle el lado positivo a unos tramas absurdas y soporíferas, no importa haber confiado en el buen hacer de los guionistas, ni en que remontarían esa mala racha de bloqueo creativo, no importa nada si he contribuido a darles buenas audiencias... Al final solo soy un número en el informe de share, un número inerte, sin vida ni sentimientos que no hay porque tener en consideración. Esa es mi sensación.
Lo más seguro es que se rían de todo esto, lo más seguro es que no les importe lo más mínimo lo que yo, una humilde espectadora, pueda decirles, y lo más triste de todo es que lo sé, se que no van ha hacer caso de nada que les pueda decir, quizás ni tan siquiera lleguen a leer hasta aquí, seguramente se habrán parado en el primer párrafo. Si no es así, les ruego que lean esto en un tono pausado, susurrado, imagínense que se los recita una voz dulce, imagínense un corazón triste y abatido, unos ojos llorosos, una lágrima rodando despacio por una mejilla arrastrando una pena líquida, porque es así como estoy, triste y abatida.
Yo soy una persona normal, una persona tan válida como ustedes, como Alejandro, como Ruth, como Roberto, como José Manuel, como Miguel, como Aure, com los guionistas, como los directivos... como cualquier otro, simplemente una persona con una vida, con un trabajo, con sus defectos y sus virtudes, con sus sentimientos, con alegrías, con penas también. Una persona normal y corriente. Pero a mi modo de ver, que sea una persona normal y corriente no implica que sea una persona a la que puedan engañar, manipular o jugar con ella sin motivo aparente.
Realmente es mi sentimiento, casi el mismo que el de Bea cuando descubrió el engaño. Yo no estaba en una cabina de los baños de Bulevar, estaba en mi salón, no estaba sentada sobre la taza del water, estaba sentada en mi sofá, tampoco me estaba curando las heridas de la rodilla, las heridas las tengo en el corazón y me las estoy curando en estos momentos, al otro lado de la puerta del baño no estaban ni Álvaro ni Gonzalo hablando, al otro lado del televisor estaba una historia que en un principio me encandilo, pero el sentimiento final, lo que sintió Bea en ese momento, si ha sido lo mismo que he sentido yo.
Hoy 20 de Junio de 2008, yo soy Bea más que nunca, jamás pensé que el título de la serie cobraría tanto sentido en mí justamente en su último capítulo. Yo soy Bea, esa Bea engañada, manipulada, esa Bea que sintió como habían jugado con sus sentimientos, esa Bea que se entregó con fuerza y devoción a Álvaro, en mi caso a la serie; yo soy esa Bea que llora frente al teclado mientras volca sus sentimientos en un blog, en palabras, y como Bea, yo también estoy resentida con el causante de mi decepción.
Es mucho el tiempo que he dedicado a seguir incondicionalmente su historia, es mucho el tiempo que he dedicado a emocionarme con ustedes, a soñar a través de su trabajo, a implicarme, a ser esa parte de la historia que latía al otro lado de la pantalla, porque sí, porque su trabajo fue muy bueno durante 190 capítulos aproximadamente, y eso no se lo va a quitar nadie.
Pero algo pasó que fue destruyendo la magia, el interés, las emociones y los sentimientos. Algo que ni tan siquiera sé a ciencia cierta, quizás fuera el hecho de tener que alargar una historia más de lo recomendable por orden de algún mandamás ávido de dividendos y carente de sentido y sensibilidad, tal vez fuese el cansancio de un trabajo a contrarreloj difícil de conciliar con la calidad, o pudiera ser desmotivación, incluso el hecho de contar con un final preestablecido que todos sabíamos de antemano, quizás fuese un poco de todo y algo más que desconozco...Quizá no fuese nada de eso y me este equivocando.
Fuera como fuera, el hecho es evidente, se perdió toda magia, todo sentimiento, toda emoción, toda intriga y toda coherencia. Pero seguimos apreciando su trabajo al otro lado del televisor, intentamos ver el lado positivo y excusarles a ustedes, porque nos demostraron,antes, que sabían hacer las cosas bien, seguimos creyendo que eran capaces de lo mejor, no les abandonamos a su suerte, seguimos acompañándoles durante muchísimos capítulos, casi 300, porque sabíamos que podían hacerlo, a pesar de que la serie había perdido toda su esencia, todo interés. Les dimos el beneficio de la duda, les regalamos nuestra confianza, una confianza que han acabado por despreciar.
Todos creímos que el obligado alargamiento, había echo tanta mella en ustedes, trabajadores comprometidos y profesionales, como en nosotros, humildes espectadores, y que ustedes no tenían la culpa de las decisiones de los de "arriba", los que deciden, porque eran simples mandados que hacían lo que podían de la mejor manera que sabían. Nosotros fuimos capaces de entender eso.
Una vez asimilado y asumido, aunque no nos gustara el rumbo de los acontecimientos, seguimos al otro lado, fieles, esperando que al menos, después de padecer, tanto ustedes como nosotros, una historia dilatada en el tiempo que no daba para más, el final, ese final que todos sabíamos, fuera una regalo para los incondicionales seguidores que estuvieron de y a su lado, y con el que ustedes podrían demostrar su verdadero talento.
Esperábamos ver lo que no vimos durante más de un año. Sentimientos, amor en altas dosis, emoción...Tristemente no ha sido así. El final ha sido desalentador. Ninguna escena que pudiera transmitir sentimientos que nos hicieran volar y olvidar un año de penas, de distanciamientos, de enfados..., básicamente porque dichas escenas estaban cortadas justo en el momento que empezaban a traspasar la pantalla para invadir nuestros almas románticas; tramas con saltos argumentales tan grandes, que te dejaban descolocada; por la poca aparición de los protagonistas; una sensación de quererse quitar de encima deprisa y corriendo la historia de Bea y Álvaro; la sensación de que se habían olvidado de que ellos eran los protagonistas, los que nos engancharon a la serie; con el sentimiento de querernos vender a toda costa una nueva historia de amor con Be y Roberto que para nada a conectado con nosotros.
En fin, con la sensación de haber estado dos años esperando algo que al final no ha sucedido. No pedíamos nada imposible, nos conformábamos con que hubieran acortado, o al menos acelerado, todas las tramas legales sobre el futuro de la empresa, que dicho sea de paso, nos ha parecido interminable, y que nos dieran más escenas románticas donde se viera una bonita historia de amor que supera cualquier barrera. No hacia falta cambiar nada, simplemente que hubieran recreado con más sensibilidad y más dilación lo que todos ansiábamos, una reconciliación romántica y emocionante, y una boda contada sin premura. Nunca entenderé como han podido pasar de la fuga de Be por la alfombra roja que conducía al altar y acto seguido aparecer Bea del brazo de Carmelo directa a él, supongo que tendré que intuir esas horas entre medias que no nos han querido contar, menos mal que soy una soñadora y soy capaz de imaginarme mil escenas sencillas y fáciles de plasmar que no costaba tanto intercalar entre trama y trama. Tal vez nos hubiera gustado ver un par de capítulos donde nuestros protagonistas compartieran por fin su amor y su vida, creo que dos o tres capítulos nos hubieran bastado para saciar nuestro descontento por tantísimo tiempo de distanciamiento entre ellos. Creo que no era tan difícil premiar de alguna manera nuestra fidelidad con eso, sabíamos que podían hacerlo, que eran capaces y que les sobraba talento, pero no han querido, y es una pena, porque ahora en vez de alabarlos no podemos más que reprocharles su falta de interés, profesionalidad, proceder...su poca sensibilidad hacia sus seguidores.
Y antes de acabar me gustaría dejar claro que sí valoro y alabo el trabajo de los actores, porque en definitiva son el último escalafón de una cadena que en un momento de la historia se rompió. Ellos han sido la cara visible de un despropósito, ellos han sido, en última instancia, los que han tenido que sufrir esa rotura, esa fisura entre seguir generando beneficios y seguir ofreciendo ese producto de calidad, que en sus inicios si era esta telenovela. Para todos ellos, los que han intentado con todos su esfuerzo, dedicación y profesionalidad, dotar de sentimientos y coherencia, unos guiones que no daban para más, mis mas sinceros respetos y mi enhorabuena.
A los responsables, sean quienes sean , un ruego; que reflexionen sobre lo sucedido, con un espíritu de autocrítica, con voluntad de superación, siendo conscientes de sus fallos así como son conscientes de sus aciertos, que también los han tenido, para que en un futuro no vuelvan a romper en mil pedazos las almas de muchos soñadores que se entretienen a través de este tipo de series y olvidan, por un momento, sus vidas para jugar a ser princesas de un cuento, príncipes valientes o sencillamente ranitas verdes, para no contribuir a que la imaginación sea solo un juego de antaño al que nadie sabe jugar. Por favor, no ayuden a matar a Piter Pan.
Para acabar solo decir que Álvaro y Bea nos engancharon a la serie y que Álvaro y Bea nos desenganchan.
Hoy yo he sido Bea y por eso, hoy yo ya no lo soy.
Atentamente: Dunai, Du para mis enajenás.
domingo, 1 de junio de 2008
"Quietas , hoy quizás sí..."
Artista: La Oreja De Van Gogh
Album: Lo que te conte mientras te hacias la dormida
Canción: Rosas
En un día de estos en que suelo pensar
“ hoy va a ser el día menos pensado”,
nos hemos cruzado, has decidido mirar,
a los ojitos azules que ahora van a tu lado.
Desde el momento en el que te conocí,
resumiendo con prisas Tiempo de Silencio,
te juro que a nadie le he vuelto a decir
que tenemos el récord del mundo en querernos.
Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."
Escapando una noche de un bostezo de sol
me pediste que te diera un beso.
Con lo baratos que salen mi amor,
qué te cuesta callarme con uno de esos.
Pasaron seis meses y me dijiste adiós,
un placer coincidir en esta vida.
Allí me quedé, en una mano el corazón,
y en la otra excusas que ni tú entendías.
Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."
Y es que empiezo a pensarque el amor verdadero es tan sólo el primero.
Y es que empiezo a sospecharque los demás son sólo para olvidar...
Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
dondé los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."
En un día de estos en que suelo pensar "hoy va a ser el día menos pensado",me cruce con la serie, decidí mirarla y desde entonces fuí a su lado .
Desde el momento en el que conocí la historia resumiendo con prisas el amor mas leal y sincero de los dos protagonistas, os juro que a nadie le he vuelto a decir que tenía el record del mundo en vibrar y emocionarme con una telenovela.
Como dice la canción quizás por eso esperaba, con la carita empapada poder ver avanzar la serie y vibrar sin limites con la historia de amor más bonita jamás contada. Pero por desgracia hoy siento que llevo demasiodo tiempo esperando que en la serie, él llegara con mil rosas, con mil rosas para ella, poder contagiarme del aroma de esas rosas, un aroma dulce, de cariño, de amor , de pasión sin medida...Tal vez yo sea una de esas personas que ya sabes, que le encantan esas cosas, que no importa si es muy tonto, soy así.
Y ahora me parece mentira que se me haya escapado la vida y las horas delante del televisor , o del youtube, o del rapidshare, imaginando que de repente el amor vuelva a pasarse por la serie, esperando a que los jueves, a veces los viernes por la tarde, como siempre, la esperanza me dijera "quieta, hoy quizás si...",
Escapando algunas noches en el chat de adelantos que arrojaran bostezos sol, alguna esperanza, pedimos que le diera una beso, que volviera el amor entre ellos, con lo baratos y sencillo que salen, que les costaba a los guionistas callarnos con uno de esos .
Pero pasarón mucho más de seis meses de serie, y el amor del principio nos dijo adiós, un placer coincidir en esta novela. Allí nos quedamos las espectadoras, con una mano en el corazón y en la otra escusas de los responsables que ni ellos entendian .
Y nosotras con la esperanza que da ser almas románticas convencidas seguimos impasibles dando una y otra oportunidad al serial, esperando otra vez con la carita empapada a que él llegara con rosas, con mil rosas para ella. Porque como ya sabeis nos encantan esas cosas que no nos importa que sea muy tonto somos así.
Y tras muchas mas decepciones, ahora que llega el final todavía nos sigue pareciendo mentira que se nos escape nuestra vida imaginando tramas de verdadero amor, imaginando que la pasión se vuelve a pasar por la serie, siguiendo los jueves o los viernes por la tarde, como siempre, a que la esperanza nos diga "quietas hoy quizás sí..."
Solo hemos visto de vez en cuando algunos pétalos desgajados..., del resto de la flor ni rastro...y la esperanza a veces se pierde. Para mi la serie y la historia de los protagonistas ha sido como una bella rosa, al principio me atrajo su color rojo símbolo de amor y pasión, pero poco a poco esa flor perdió su aroma, se arrugó, se fue marchitando. Y una empieza a pensar que el amor verdadero fue solo el primero, el del principio, y empezamos a sosopechar que lo demás solo lo hay que olvidar.
Y no sé porqué seguimos esperando con las caritas empapadas a que él llege con rosas, con mil rosas para ella, porque como ya he dicho, ya sabeis que nos encantan esas cosas que no importa si es muy tonto somos así.
Y aún me parece mentira, que sigamos dejando escapar nuestra vida imaginando que el amor volverá a pasarse por la serie. Nos encontraras los jueves, o quizás los viernes por la tarde, como siempre, a que la esperanza nos diga "quietas, hoy quizás si..."
En un día de estos en que suelo pensar "hoy va a ser el día menos pensado",me cruce con la serie, decidí mirarla y desde entonces fuí a su lado .
Desde el momento en el que conocí la historia resumiendo con prisas el amor mas leal y sincero de los dos protagonistas, os juro que a nadie le he vuelto a decir que tenía el record del mundo en vibrar y emocionarme con una telenovela.
Como dice la canción quizás por eso esperaba, con la carita empapada poder ver avanzar la serie y vibrar sin limites con la historia de amor más bonita jamás contada. Pero por desgracia hoy siento que llevo demasiodo tiempo esperando que en la serie, él llegara con mil rosas, con mil rosas para ella, poder contagiarme del aroma de esas rosas, un aroma dulce, de cariño, de amor , de pasión sin medida...Tal vez yo sea una de esas personas que ya sabes, que le encantan esas cosas, que no importa si es muy tonto, soy así.
Y ahora me parece mentira que se me haya escapado la vida y las horas delante del televisor , o del youtube, o del rapidshare, imaginando que de repente el amor vuelva a pasarse por la serie, esperando a que los jueves, a veces los viernes por la tarde, como siempre, la esperanza me dijera "quieta, hoy quizás si...",
Escapando algunas noches en el chat de adelantos que arrojaran bostezos sol, alguna esperanza, pedimos que le diera una beso, que volviera el amor entre ellos, con lo baratos y sencillo que salen, que les costaba a los guionistas callarnos con uno de esos .
Pero pasarón mucho más de seis meses de serie, y el amor del principio nos dijo adiós, un placer coincidir en esta novela. Allí nos quedamos las espectadoras, con una mano en el corazón y en la otra escusas de los responsables que ni ellos entendian .
Y nosotras con la esperanza que da ser almas románticas convencidas seguimos impasibles dando una y otra oportunidad al serial, esperando otra vez con la carita empapada a que él llegara con rosas, con mil rosas para ella. Porque como ya sabeis nos encantan esas cosas que no nos importa que sea muy tonto somos así.
Y tras muchas mas decepciones, ahora que llega el final todavía nos sigue pareciendo mentira que se nos escape nuestra vida imaginando tramas de verdadero amor, imaginando que la pasión se vuelve a pasar por la serie, siguiendo los jueves o los viernes por la tarde, como siempre, a que la esperanza nos diga "quietas hoy quizás sí..."
Solo hemos visto de vez en cuando algunos pétalos desgajados..., del resto de la flor ni rastro...y la esperanza a veces se pierde. Para mi la serie y la historia de los protagonistas ha sido como una bella rosa, al principio me atrajo su color rojo símbolo de amor y pasión, pero poco a poco esa flor perdió su aroma, se arrugó, se fue marchitando. Y una empieza a pensar que el amor verdadero fue solo el primero, el del principio, y empezamos a sosopechar que lo demás solo lo hay que olvidar.
Y no sé porqué seguimos esperando con las caritas empapadas a que él llege con rosas, con mil rosas para ella, porque como ya he dicho, ya sabeis que nos encantan esas cosas que no importa si es muy tonto somos así.
Y aún me parece mentira, que sigamos dejando escapar nuestra vida imaginando que el amor volverá a pasarse por la serie. Nos encontraras los jueves, o quizás los viernes por la tarde, como siempre, a que la esperanza nos diga "quietas, hoy quizás si..."
Dedicado a mis queridas enajenás....
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