sábado, 2 de febrero de 2008

Caminantes sin camino


El camino del rey y la princesa, que hasta ahora habían recorrido juntos, ha llegado a un cruce repleto de bifurcaciones. Cada bifurcación representa una opción de vida, una opción que ellos mismos deben decidir. Las variantes son múltiples, tantas como sentimientos alberga el alma, por lo que la decisión es dura. Sentados frente al camino que se divide en mil caminos más, miles de preguntas se agolpan en la mente, una por cada sendero a tomar. Indecisión,razón, locura, corazón, mente, dudas, confusión, certezas...Todos intentan opinar sobre el camino a seguir. Uno se sienta justo en el centro, esperando ordenar sus sentidos y decidir que camino tomar, y cual dejar atrás.



Toda nuestra vida está llena de decisiones. Desde que nacemos ya tenemos que elegir, decidir qué hacer, aunque sólo sea inconscientemente, sin saberlo, sin pensarlo. Elegimos respirar. Elegimos luchar. Elegimos vivir. Y, desde ese preciso momento, cuando la primera bocanada de aire entra en los pulmones, tenemos y debemos decidir qué camino escoger de los múltiples e interminables caminos que se nos presentan a cada instante. Aunque seamos pequeños, aunque no nos demos cuenta de nuestros actos, de sus consecuencias, siempre se hace, siempre se decide. Y, ya sea algo en apariencia inocuo, ya sea una simple elección de juegos, ya sea el acercarse a alguien y sonreírle, con la inocencia de esa edad… ese simple gesto, elección, decisión, es importante: puede que, más adelante, esa misma persona aparezca y sea importante para nuestra vida. O puede que no. Nunca se sabe. Las decisiones son caminos inciertos en la lejanía, y siempre tenemos que elegir, aunque no queramos, aunque tengamos miedo a lo que venga después…


Durante un tiempo el rey se empeñó en seguir el mismo sendero que su princesa, a veces por detrás de sus pasos, en la distancia, a veces por delante, sin decirle nada, pero el cansancio y la fatiga han aparecido en él. La gente de su alrrededor ha estado constantemente diciéndole que el camino que seguía, ese camino llamado reconquista, era un camino sin salida, cortado y lleno de peligros, y quizás tuvieran razón, pero era él quien caminaba, era él quien tenía que ver y decidir.


Y Ayer sentados los dos en ese cruce, nuestro Rey se dió cuenta de que había llegado él momento de que cada uno andara sobre sus pasos:


-Voy con mi mochila cargada de buenas intenciones, de alguna mentira del ayer, de alma contenida, de caminos sin dirección. Porque me encuentro en un sendero que a avanza sin destino, y a cada momento, va cambiando el paisaje. Sin duda equivoqué mis pasos- dijo el Rey.
-Te acompañé durante muchas lunas en tu viaje loco, en tu aventura de Robinsón, sin saber los peligros que corría, sin a penas provisiones pero con alma atrevida. Mi aventura se queda aquí, donde decidiste continuar tu andanza, yo me perderé en el camino como me perdí un día en tu sonrisa y seguiré aventurándome, esta vez en la ira, y en lo estrambótico del odio, por que cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.

-Me siento desorientado hoy en mi viaje, sin ti perdí la brújula que guiaba mi norte, no veo el final del camino, perdí la senda de mi juicio y ya no quiero mas hazañas, no quiero pensar en que punto de mi sendero me desvié, no quiero pensar donde empezaron mis pasos y en donde acabaré. No quiero pensar porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento. ¿Donde están aquellas rutas que caminamos juntos? Hubo un día en que andabas conmigo, y que tu aliento era cálido y tu cuerpo rezumaba vida. Mi mundo hablaba por tu boca y me toco el corazón con tu cara. Pero de repente, o yo camine muy deprisa o tus pasos se pararon junto a la sombra de la confusión para siempre. Y tuve que seguir a solas mi camino.
Será porque, en ocasiones, el corazón se siente abrumado por la melancolía, y ahora que voy ha dejar de caminar a tu lado, la tarde mete sus uñas venenosas en el sombreo cuerpo del olvido. En esta hora, la nostalgia no viene del ayer. Seguramente viene del ahora mismo. Del solo hace un minuto que estabas aquí. Solo hace un instante que eras mi estrella polar. Yo quiero seguir dejándome guiar por tu luz, y comprarme un billete, solo de ida, sin vuelta jamás, y caminar a tu lado y que camines conmigo. Mi aventura ya no es aventura y pierde su sentido sino te aventuras junto a mí.

- Hoy todo a cambiado, nada es igual, yo elegí mi camino y tu deberías hacer lo mismo

- ¿Que camino vas a tomar princesa?

- Voy a seguir mi sendero, este nuevo que empezé a andar el día que me negaste.

- Bien, voy a dejar que camines tranquila por el, yo tomaré el camino contrario, pero si hubiera alguna posibilidad de desandar lo andado y volver a reunirnos en este cruce para tomar juntos el mismo sendero...

- No, no la hay, una vez tomado un camino no hay vuelta atrás.

- Quizás volvamos a encontrarnos en otro cruce de caminos...

- Quizás...


Irremediablemente el rey y la princesa decidieron tomar cada uno su senda. Ninguno de los dos sabe que se encontrará al final, si va a ser un simple paseo agradable o si algún tronco, magullado por el tiempo, les cortará el paso obligándoles a saltar cueste lo que cueste.


La princesa se levantó y sin decir nada se puso en marcha alejándose por su sendero, el rey veía su figura alejándose, poco a poco más pequeña.En mitad del camino, el caballero de la mesa redonda la estaba esperando, para cogerla de la mano y seguir andando juntos. Cuando apenas se intuían sus sombras, la princesa miró atrás para comprobar si el rey aún estaba allí, intentando eleguir su camino. El Rey no se dió cuenta de ese detalle y eligió el derrotero de la derecha sin saber muy bien a donde le llevaría, eligió ese camino movido por un impulso, por la tristeza de su andar solitario y con la sensación de que sus pies la echarán de menos. Ahora deberá andar solo, deberá sortear todos los escollos que la vida le ponga en su caminar, deberá luchar por rehacer su vida y encontrar nuevas alegrías en su camino. Un nuevo andar.


Hoy sus caminos se alejan, tal vez seguirán paralelos, tal vez les lleve al mismo lugar, tal vez les guie la luz del mismo faro, o tal vez no. Quizá más adelante vuelvan a reunirse en un nuevo cruce de caminos, y quizás entonces la elección sea diferente, porque... "Caminante no hay camino, se hace camino al andar."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chapeau !!!!

Igrot

Anónimo dijo...

Fenomenal Dunai. Me encanta leerte.

Un beso.

Eva.

Anónimo dijo...

Sencillamente genial!!!!!!!!!!!!!
Eres una artista!!!!!!

Un besote