sábado, 12 de enero de 2008

Amor y perdón

28 de Diciembre de 2007

Que larga es la espera del que espera. Parece que no llega el día dos, en que volverán a emitir nuestra serie. Y hablando de ella he escuchado, leído y visto muchas frases en las que hablaban de perdón. Si, de si la princesa Bea debe perdonar todo lo malo que el Príncipe Aguilar, ahora retornado en Rey, le hizo en el pasado, de que si una no le perdonaría jamás lo que hizo, de que si el noble caballero Nacho va a poder o no perdonar a Beatriz después de que pase lo inevitable con su relación, y tantas y tantas reflexiones que hablan del amor y el perdón de nuestras protagonistas.

Pues bien, yo me he puesto a pensar en eso, en el amor y el perdón. Y e llegado a la conclusión de que no hay amor sin perdón, ni perdón sin amor; esta es una premisa tan cierta como olvidada y repudiada.

Todo amor hacia otras personas conlleva ineludiblemente el amor a uno mismo, es el principio y el final de todo proceso amoroso. Si uno no se ama a si mismo es imposible amar al resto de personas, animales o cosas, si uno no contempla y disfruta del amor hacia esa persona (yo, tú) que nos acompaña desde el principio de nuestros días hasta el último momento de nuestra vida, será difícil difundir e irradiar el amor al otro. Pero este proceso conlleva un camino de aprendizaje y de asimilación que está basado en la propia experiencia personal y en la capacidad de perdonar y amar.

El perdón también transita por los mismos caminos del amor, no es posible perdonar al otro sin antes haberse perdonado a uno mismo. El sentirse libre de culpa y capacitado para amar es fruto de un trabajo delicado de autoestima que pasa por la fase de reconocimiento y aceptación de la culpa para poder perdonar e iniciar un nuevo estado propicio para el amor. La capacidad para perdonar al otro es la consecuencia del perdón a uno mismo y la capacidad de redimir a quien te ha ofendido. De esta manera amor y perdón caminan por los mismos senderos, cogidos de la mano como colegas inseparables que están condenados a entenderse y a reconciliarse.

Creo que esta nueva serie que pronto vamos a poder disfrutar de forma ininterrumpida nos va a contar precisamente eso, una historia de amor pero también de perdón.

El amor de nuestra princesa Beatriz será tan grande y honesto que será capaz de perdonar las injusticias que cometió el príncipe Aguilar con ella. Y a nostras las espectadoras nos gustaría que pasara ya, pero como he dicho antes, eso es un proceso que conlleva un camino de aprendizaje y de asimilación basado en la propia experiencia personal, es un proceso largo, paulatino. Hasta que Beatriz no aprenda a amarse a si misma, a perdonarse a si misma no podrá amar. Y perdonarse a si misma conlleva implícito el conocerse, la aceptación de que te has equivocado, reconocer que en algunos momentos no has actuado bien, no has actuado acorde a tus sentimientos, a tu manera de pensar. O dicho de otra manera Bea debe pasar por la experiencia personal de equivocarse con Nacho.

Debe empezar a quererse, a sentirse bien consigo misma de una manera completa, a ganar en autoestima, aunque ya ha empezado, y tal vez el cambio de look le ayude en ese laborioso proceso de sentirse a gusto, de quererse, de amarse a sí misma. Solo cuando se acepte de verdad en todas las parcelas de su ser, sin decirse constantemente que es fea, luchando por cambiar eso, empezará a reconocer sus fallos y gracias a ese sentirse libre estará capacitada para amar, se dará cuenta de que se ha equivocado y será capaz de perdonarse, y entonces será capaz de perdonar a Álvaro de una manera totalmente sincera, será capaz de amarlo con toda la fuerza, con toda la intensidad, en toda su grandeza.

Por su parte Nacho, deberá aprender a perdonar a Bea, deberá darse cuenta de el también falló, deberá perdonarse a si mismo, deberá quererse a sí mismo y de esta manera redimir a Bea de sus culpas, perdonarla, porque se ama, porque la ama.

Y yo creo que el príncipe Aguilar ha pasado por este proceso en la cárcel. Ha empezado a quererse como persona, lejos del dinero, del poder, de la posición social, se ha conocido a él mismo, como hombre y ha sido capaz de amarse a sí mismo y eso ha hecho que se conociera como persona. Esto conlleva la aceptación de que has hecho cosas mal, pero como uno se quiere y se acepta es capaz de perdonarse, sencillamente porque ha sabido donde ha fallado. Al perdonarse se ha sentido liberado y eso a devenido en la adquisición de la capacidad para amar, en todas sus consecuencias, en toda su fuerza, en toda su intensidad. Y como es capaz de amar será capaz de perdonar todos los desplantes o palabras o gestos que Bea pueda cometer con él. Será capaz de amarla de verdad, el es capaz de amarla ya con toda pureza, con toda la verdad.

Y aquí es donde estamos, en un camino donde Bea debe aprender a amarse, a perdonarse, a perdonar a Álvaro y finalmente a amarle de nuevo con mas fuerza que nunca, con más verdad que nunca. Y aunque no nos guste va a llegar a ese proceso gracias a Nacho, porque va a ganar en autoestima, va a cambiar, va a conocerse, a ver que se ha equivocado, por ella, y a perdonarse y a iniciar un nuevo estado propicio para el amor, el amor de nuestros protagonistas y es que amor y perdón son un todo indivisible.

Perdonar para empezar una nueva vida, perdonar para volver a amar.

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