jueves, 17 de enero de 2008

El futuro empieza hoy

Queridas espectadoras hoy hemos tenido un capítulo lleno de matices en el que solo queda claro que el futuro empieza hoy.

Como lleva pasando estos últimos días el rey no para de constatar que está más solo que nunca, como él mismo dijo, todos le han dado la espalda, su princesa, su padre, su escudero fiel, los tesoreros, la corte, el pueblo. Nadie quiere estar de su lado, nadie quiere apostar por él, nadie quiere darle una oportunidad.

Un mensaje a su amada con una pregunta que quiere preguntar más de lo que dice , un "¿Tú también crees que estoy acabado?" escondiendo otras preguntas como "¿Crees todavía en mí? ¿me quieres todavía?" Y un lamento "entre todos habéis conseguido hundirme" como un grito de socorro, como un "estoy perdido, perdido si tú no estás aquí conmigo", como un "si tú estuvieras a mi lado mi sufrimiento desaparecería y me daría igual que la gente me mirara mal, que me viera como un fracasado, que me repudiara, porque en mi alma sería el rey más poderoso del mundo porque albergaría el tesoro más valioso de todos, el de tus besos, tus caricias, tu amor, serías el motor que movería mi mundo, porque contigo me sentiría capaz de cualquier cosa. Pero no te tengo y mi mundo no es nada si tú no habitas en él, yo no soy nada sin ti."

Ha intentado reorganizar su día a día, a su manera, avanzar con las pocas armas que le quedan, salir adelante. El rey confía en su sabiduría interior, una sabiduría que los demás no ven o no quieren ver. Y los demás solo se dedican a gritárle que está acabado, ni una sola palmada en la espalda, ni un solo abrazo que alivie, ni una palabra de aliento. Y una se pregunta porque su gente en vez de decirle lo que tiene que hacer no le pregunta como se siente o simplemente ¿Quieres hablar? ¿Porque nadie se ha parado a escucharle en vez de estar dirigiéndole? . Quizás sea el momento de ser más cariñosos y pacientes que nunca y solo ha habido una persona capaz de hacerlo. El Anguila. Ese compañero en las mazmorras al que la mayoría miraría por encima del hombro, ha sido el único con la suficiente inteligencia emocional y empatia para entender el momento doloroso que vive el rey en estos momentos.

Con un simple ¡¡Cuéntame tus penas!! ¿Cuál es el problema? El Anguila le ha dado la oportunidad al rey de expresar todos sus sentimientos, de exteriorizar el sufrimiento que anida en su interior, la ha dado la oportunidad de desahogarse y poder decir lo que de verdad le sucede, siendo él, sin tener que aparentar ser el rey que ahora no siente ser. En estos momentos de hundimiento y tristeza, para el rey el problema es su vida entera. Ha perdido su reino, su princesa, le ha pegado a su fiel escudero, le echan de los sitios donde antes le alababan, el populacho le repudia... Se siente solo, abatido, triste, desdichado, infravalorado, repudiado, ninguneado, odiado, insultado, ofendido...Demasiadas tristezas juntas como para tener un ánimo positivo y luchador.

Pero el Anguila ha hecho algo que nadie hasta ese momento ha sabido hacer. Escucharle. Y le ha sabido hablar desde la sinceridad, entendiendo que se sintiera como se siente. Sus palabras directas lejos de ser un reproche han contenido una alta dosis de ánimos, como aquel que sopla las brasas de un fuego para que se aviven y vuelvan a aparecer las llamas. Sus palabras han sido como ese aire, un aire de verdad, de respeto, un aire de amor propio, un aire de valentía, un aire de cordura, un aire de análisis de la situación, un aire de empuje, un aire de garra, de entrega y de lucha que nuestro rey había perdido a medida que avanzaba por su nuevo camino. Sin hacerle la rosca le ha hecho entender que la actitud de los demás es tristemente la lógica, que no puede olvidar que él ha sido y es un ex-convicto y eso conlleva unas dificultades adheridas para caminar por la vida, que los demás no son los únicos culpables, que él debe saber ver sus errores y aprender de ellos, que compadecerse no conduce a ningún camino, que la libertad es lo que más vale aunque se esté solo, que solo hay una salida para que la gente vuelva a confiar en él, y le valore y quiera estar a su lado. La única manera de volver a tener el respeto de los demás es ganándoselo, luchando por él, demostrar que se es capaz, demostrarle a todos el rey que lleva dentro.

El dolor es siempre la resistencia de la personalidad a un nuevo crecimiento. Con frecuencia nuestros momentos más dolorosos, esas veces que exigen el máximo esfuerzo a nuestra personalidad, son las circunstancias que nos ofrecen las mayores oportunidades de crecimiento. Nuestro rey esta en ello, está creciendo.

Y hoy, sin propiciarlo alguien se ha acercado a él, en un principio solo para vapulearle, pero algo pasó en ese cruce de palabras que el vapuleador se conmovió y nuestro rey sintió por primera vez el apoyo de una mano tendida con humildad hacia él. La última persona en quien hubiese pensado, el padre de su princesa. Alguien que con sutileza le ha sacado del círculo vicioso de los lamentos y el victimismo para llevarlo hacia un pensamiento positivo, de lucha, de confianza en si mismo, un pensamiento positivo que le ayudará a empezar un nuevo viaje por la vida.



Hoy no se resistirá más a crecer. Hoy será más positivo porque han habido dos personas dispuestas a escucharle y ayudarle, dos personas ajenas a su antiguo reino de opulencia. Hoy no se ha sentido tan solo. El futuro empieza hoy para nuestro rey.




No hay comentarios: