18 de Enero de 2008
Y nuestro rey aceptó el noble oficio de servir. Ha pasado de ser servido a ser sirviente y entre medias del proceso un buen puñado de situaciones adversas, de calamidades, malentendidos, de sufrimiento, de humildad y superación, pero sobretodo de sentimientos.
En la jerarquía de los oficios, el de camarero, popularmente está relegado a un nivel inferior. El hecho de ser servido produce en muc
Y hay dos cuestiones entrelazadas en todo esto. La jerarquización y los sentimientos. Inexplicablemente siempre tendemos a establecer jerarquías en las cosas, ha hacer listas, a organizar todo, y no nos escandaliza. Las jerarquías están instauradas en nuestra cultura y en nuestras mentes desde hace siglos, con lo que acabar con ellas cuesta bastante.
Si nos paráramos a pensar que conlleva el hecho de jerarquizar nos daríamos cuenta que sinónimos como cargo, clasificación, dependencia, orden, rango, sumisión, subordinación, categoría y clase forman parte de ese concepto. En una lista igual que en una jerarquía siempre hay un primero mejor y un último peor. Rutinariamente, las jerarquías transforman a empleados motivados y leales en personas insatisfechas con el eterno deseo de llegar a lo más alto en la pirámide y renegando de su puesto. Las jerarquías también persisten porque proveen valor psicológico y físico, y llenan nuestra profunda necesidad de orden y seguridad. El grave problema es que son inevitablemente autoritarias. Las organizaciones jerárquicas nos seducen con recompensas psicológicas, como los sentimientos de poder y posición social. No es realista pensar que nos vamos a librar de ellas en un futuro próximo, parece más sensato que aceptemos la realidad de que las jerarquías van a seguir estando ahí y que nos esforcemos por reducir sus consecuencias nocivas en vez de soñar con un proceso igualitario. Esa igualdad que si existe en los sentimientos.
No hay un orden jerárquico en lo que sentimos, nadie puede decir que sentir esperanza, o alegría o ilusión es mejor que sentir satisfacción. O tal vez sí, tal vez exista una pirámide jerárquica de sentimientos, pero esa pirámide es siempre personal e instranferible, cada uno se construye la suya propia y además está en continuó cambio a medida que avanzamos por la vida, a medida que nos suceden cosas, a medida que vivimos. Por lo que no es algo universal aceptado por todos como una ley no escrita. Quizás por eso sea tan difícil hablar de sentimientos porque para cada persona son diferentes y se viven de manera diferente, tantos sentimientos como personas en el mundo. Para nuestro rey hoy su amor por la princesa y sus ganas de recuperarla valen más que su estatus jerárquico. Para el lo importante no es tener una buena posición social ni el poder, para él lo importante es recuperar la posición que ocupaba antaño en el corazón de su princesa.
Nuestro rey ha bajado en el escalafón de la jerarquía, de estar en la cúspide a optado por un puesto de trabajo considerado por muchos erróneamente inferior. El sabe que no aspira a ser camarero toda la vida, pero eso le da la oportunidad de empezar un camino, una escalada por la pirámide, asegurándose una buena base, y como dijo, una buena lección de vida. Para el contrariamente a lo que muchos pudieran pensar, el hecho de ser camarero lejos de ser un fracaso es una oportunidad. ¿Que diferente se ven las jerarquías dependiendo del espíritu con que se miran? ¿Como cambian los valores de los oficios cuando se dejan de lado los prejuicios?
Para el rey ser sirviente es un paso más en su madurez emocional, o tal vez nada de eso sea cierto y solo se mueva por sentimientos, por impulsos o por orgullo, o sencillamente por la necesidad de sentirse capaz, válido. A lo mejor al perder el mundo en que siempre vivió está buscando uno nuevo, uno en que le valoren por el mismo, uno en que se sienta realizado, uno en que no se lo den todo hecho y así poder superarse a si mismo, un mundo sin apariencias, sin falsedad donde todo es lo que es y no hay dobleces, un mundo en el que sentirse tranquilo, sin exigencias inalcanzables, sin frustraciones ... Tal vez solo esté buscando su mundo, uno a su medida ,un mundo donde los sentimientos sean capaces de prevalecer sobre las jerarquías, un mundo donde ser feliz. Y el mundo que esta buscando para él se reduce a un nombre. Beatriz, porque ella es su mundo, porque no hay mundo posible sin ella, porque en ella existe su mundo. Porque su amor por ella se encuentra en lo más alto de su jerarquía, en la cúspide de su pirámide personal.
La escalada es dura pero los sentimientos son profundos.
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